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Un distribuidor quemado puede hacer que un motor funcione o funcione en ralentí y vibre excesivamente. También puede causar un bajo consumo de combustible y mayores emisiones. Si bien hay otras causas de estos problemas, es importante verificar la tapa del distribuidor para ver si no es un problema. Las áreas quemadas generalmente son causadas por arcos debido a depósitos de carbono.
Quemaduras exteriores
Inspeccione de cerca el exterior de la tapa. Busque marcas de quemaduras alrededor de las torres y contactos. La quemadura marca aquí un cable defectuoso de oro de la bujía de contacto incorrecto. Si el cable y la tapa muestran áreas quemadas, reemplace ambos. Si lo reemplaza, asegúrese de que el cable del enchufe esté completamente a salvo del contacto para evitar futuros problemas de quemaduras. Si el área de la quemadura es muy liviana, como resultado del polvo de los depósitos de carbón, es posible limpiar las áreas afectadas. En caso de duda, reemplace todas las partes afectadas.
Quemaduras Interiores
En el interior de la tapa del distribuidor, busque depósitos de carbono o áreas derretidas. Estas marcas indican un arco defectuoso de los puntos o del rotor a los contactos del cable del enchufe. En algunos casos donde solo hay un depósito ligero de carbón, se puede usar papel de lija para limpiar el carbón. Tenga en cuenta, sin embargo, que la presentación excesiva será demasiado grande.
El problema con el carbono
Una de las razones por las que una nueva tapa del distribuidor funciona para que no haya carbono en la tapa. De vez en cuando, el carbono comenzará a acumularse. Esto generalmente sucede muy lentamente y continuará acumulándose con el tiempo. El carbono conduce la electricidad, lo que puede causar un enchufe defectuoso o enchufar varios enchufes a la vez. Al mantener la tapa limpia y buscar daños durante el mantenimiento del motor, la tapa durará más. Si hay marcas de quemaduras o depósitos de carbón en el exterior de la tapa, siempre revise el interior por daños. Es mejor reemplazar cualquier pieza desgastada o quemada.